Sin mi tabla de dibujo, hojas en blanco y lápices, crayones,
etc., no habría sido posible la crónica visual. Quienes me encuentren en algún
lugar dibujando, siempre llevaré esa tabla, a la que he llamado escudo y
alfombra mágica.
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La Estación de autobuses en Pachuca, Hidalgo
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Hace treinta y cinco años cursaba el 2do año de Artes
plásticas en La Esmeralda, el Maestro Rolando Arjona Amabilis era el Director y
cada año se hacía un viaje de práctica llamado “Campamento” en el que
participaban dos alumnos de cada grado y turno, luego de una selección.
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Los carros de raspados en Tamatán, Tamaulipas
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En una Vidriera en Monterrey, Nuevo León
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En la primavera de 1982, una veintena de estudiantes de Arte
recorrimos siete estados del Noreste del país para pintar: en cada lugar al que
llegamos, había que tomar nuestra tabla de dibujo, papeles y la mochila al
hombro con pinturas, pinceles, acuarelas, lápices, gises, agua, un trapito, y nos
lanzábamos a pintar o dibujar lo que encontráramos, ya sea paisaje, personas,
objetos, el clima, ambientes, sucesos. Lo que cada quien veía, entendía o
interpretaba.
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En el valle de Piedras encimadas,
cerca de Zacatlán, Puebla
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Hicimos entre todos cientos de trabajos durante un mes, cada
día entre trayecto y trabajo intenso, con el Maestro Arjona dirigiendo,
revisando, criticando fuertemente; a nadie nos gustaba y en general el Maestro
no gozaba de aceptación por su manera tan exigente de proceder, pero logró
muchas cosas. Nunca había aprendido tanto en tan poco tiempo como en esa gran
oportunidad.
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El Maestro Arjona inauguró mi Exposición |
Quien puso en mis manos mi tabla de dibujo fue Rolando
Arjona. Gracias Maestro!
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Con Lupita Chew en el Pabilo |
Rolando Arjona Amabilis, Mérida, Yucatán, 1920 – Cancún,
Quintana Roo, 2014.
qepd.
ver nota luctuosa
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El patio de la Casa de la Cultura de Ciudad Victoria,
Tamaulipas.
Dibujé los 4 lados, este dibujo se debe colocar en cilindro.
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