Entrevista al Artista Jaime Villegas
Mtro. Deyber
Heredia Chablé.
Mtro. Erik
Castillo Falcón.
Cancún Quintana Roo.-
Una experiencia interesante esa de entrevistar a un artista. Tomando como
referente unas líneas del tocayo y gran artista Jaime Sabines en su afán de reconocerse
como poeta, cito; ¿Por qué los poetas no tienen una estrella en
la frente, o un resplandor visible, o un rayo que les salga de las orejas? La misma pregunta nos hicimos al enfrentarnos a un
personaje que esperábamos en algún momento nos diera esa muestra de ser
sobrenatural. La verdad es que nunca sucedió y entre risas y una entrevista
poco ortodoxa pasó el tiempo y la naturalidad de su extraordinaria forma de ver
el arte nos sedujo en un mundo asombroso para dos totales inexpertos. - El arte
es un ser vivo - dijo Jaime, respondiendo a una pregunta resultante de otra que
a su vez fue extracción de una respuesta de lo más interesante para definir una
de las propiedades más íntimas del arte, la convivencia.
“Hay personas que tienen un dibujo o cuadro mío -
no sé si en la sala o en el baño - , pero de alguna forma sé que está en un
sitio donde lo ven, donde convive y está para él y su familia todo el tiempo. Es
ahí donde se acompañan, como si la obra fuera un integrante vivo en la
familia”. - En esa convivencia se regocija el espectador dice Jaime.
De esta
razón inspirada, salieron temas y preguntas, al azar y otras con la intención
de causar en Jaime una contrariedad a respuestas ya muy estudiadas por la
experiencia de mil batallas frente al micrófono, por ejemplo: le cuestionamos
sobre la pregunta fundamental del hombre - por supuesto ya de paso si esto
tenía que ver con el arte -. Respuesta simple; “Lo que piensas te forma y vas encontrando quién eres y tu camino,
eventualmente esa pregunta se refleja en la obra. Sin duda esta es un resultado
total de lo que eres”. Para Jaime, el arte es más que una simple
inspiración y técnica, es una representación de sí mismo y en ese ser peculiar,
soñador, inspirado, alegre y con ganas de aprender, descubrimos que Jaime
irremediablemente nació para ser artista. El destino no le dio margen de ser
otra cosa, poco juguetona la vida lo dejó explorar otras brechas sin salirse del
camino; arquitecto de profesión y explorador fugaz de la música, solo hizo y no
más que regresar y sentarse en su pasión que es el dibujo. Por eso a respuesta firme y de convicción sólida,
este artista con pretensión solo que la de explorar y hacer sentir algo bello a
la personas que se enfrentan a sus obras, refiere no haberse dejado llevar por
el influjo de la fama que algunos artistas han probado u ostentan: “la fama no
fue mi intención, esa me la fui encontrando”.
Con todo
esto, tratamos de llevar a Jaime por caminos poco más sinuosos y valiéndonos de
sus respuestas hábiles y creativas le preguntamos si el arte clásico y moderno
fueran dos esquistos manjares, ¿Qué sabores tendrían y cuál definitivamente devoraría
sin pensarlo demasiado? Tras una risa de desconcierto, vino una respuesta que a
nuestro humilde punto de vista, dio gran sentido de lo que opina de la
trascendencia del arte en la humanidad. “El arte contemporáneo es mezcla y gran
desarrollo multicultural, esto lo vuelve complejo, así que me puedo imaginar un
platillo con sabores muy desarrollados y simples a la vez, podrían ser muy
condimentados o no, pues en la sencillez encontramos cosas también extraordinariamente
desarrolladas. Por otra parte el platillo del clásico, me sabe a la esencia,
aunque en su inicio no tan simples los sabores, tienen elementos limpios y
puros”. Sin duda una definición que nos deja claro que lo que a veces en
nuestra contemporaneidad criticamos de absurdo en el arte tiene un sazón
condimentado que pude ser difícil de digerir, sin embargo, consideramos que
siempre tendrá un buen toque de especies clásicas en su receta original. Queda también aclarar que para Jaime no todo
es arte, sin embargo nos hace ver que al ser este una manifestación humana, la unión
de habilidades, inteligencia, más buena dotación de sensibilidad puede hacer
que todo tenga una acción artística – hasta barrer la calle dice Jaime –. “Siempre habrá una emoción y sentimiento en
la obra, a saber que el arte también ha tenido un toque utilitario, hay labores
que no son hasta la fecha por algunos puristas reconocidas como arte; cine, fotografía,
hasta las mismas artesanías porque se cree que se mezcla la parte creativa con lo
útil, considero que el “arte” también tiene ambas, - se reduce a la economía -”.
Para cortar
el romanticismo que ya circulaba en el ambiente, ¡una pregunta audaz!; ¿la
economía puede estar dañando al arte?. Dice Jaime – no lo sé –, “para mí la economía no tiene nada que ver,
el hombre canta y pinta a pesar de sus vicisitudes económicas… ahora bien, si
el arte se difunde por exposiciones, conciertos, televisión, y la gente
entendiese que a veces el arte necesita un soporte económico que muchas veces
no tiene, las cosas definitivamente serían distintas”
Por último
y después de la tertulia y a sabiendas de que la muerte en el arte parece ser
la puerta a la gloria, nos osamos por preguntarle a Jaime cómo le gustaría ser
recordado, y con frase de epitafio
pudiera concluir ese deseo. El silencio no se hizo esperar, una sonrisa
disfrazada de mueca se esbozaba en su rostro y tras ese gesto de goce y
satisfacción redujo en simples palabras: “Siempre disfrutó lo que hacía”. Esto
y lo anterior es lo que dijo Jaime, y sin duda, lo dijo muy bien.
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